Trabajo Final – Priscila Martínez

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Trabajo Final – Priscila Martínez

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Jorge Claudio Mártire, combatiente de Malvinas perteneciente al Regimiento 7 de la Plata, afrontó la batalla de Monte Longdon, considerada la más cruel por sus combates cuerpo a cuerpo que se sucedió desde la noche del 11 hasta la madrugada del 12 de junio de 1982. Su hermana Gladys sostiene que Jorge después de ese enfrentamiento “no fue el mismo”. 

Jorge regresó a casa y, aunque no hablaba del tema, continúo con su vida. Se anotó en la carrera de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad Nacional de La Plata, mientras daba sus primeros pasos en el mundo laboral. El 10 de diciembre de 1983 fue a festejar el fin de la dictadura militar a un boliche dónde conoció a María Laura Capparelli. Juntos tuvieron tres hijos: Matías, Florencia y Martín. Diez años después, Jorge no logró rendir bien una materia de la facultad. Se deprimió muchísimo. Lo internaron por casi cinco meses en una Clínica Neuropsiquiátrica dónde apenas tenía visitas y salidas transitorias. Aquella “depresión” fue mal tratada. La neurosis de post guerra no era asistida

En marzo de 1993, a casi once años de la guerra, la familia Mártire recibía la peor noticia. Jorge compró un arma y se disparó en el baño de un bar.

 

 

Fue un conflicto bélico sucedido entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. Un hecho absurdo desencadenado por la sed de poder que tenían ambos gobiernos.

Portadas de 1982

 

 

En Argentina, cada 2 de abril se suele recordar a los veteranos y caídos en la guerra. Este día se estableció a fines del 2000 por ley (N°25.370). Pero, más allá de ese día, pocos son los que recuerdan a los héroes de Malvinas.

La guerra no terminó aquel 14 de junio de 1982 con la firma de la rendición argentina. Los combatientes que regresaron quisieron recuperar la vida pre Malvinas. La dictadura militar los obligó a creer que nada había pasado. Pero sucedieron muchas cosas y nada fue tarea fácil.

Jorge Altieri, ex combatiente de Malvinas

Jorge Altieri, ex combatiente de Malvinas

Recién en 1990, ocho años después de la guerra de Malvinas, se produjo la sanción de la ley 23.848 , dónde se concedió a los ex combatientes el derecho a una pensión honorífica por los servicios prestados a la patria. A fines de 2023, mediante el decreto 595/2023 se decidió hacer hereditaria la pensión hacia sus cónyuges o hijos sin límite de edad. Todavía esperan el pago retroactivo por aquellos años adeudados (1982-1990).

Paralelamente, no debemos olvidar la presencia de 29 mujeres en el conflicto que participaron activamente en diferentes áreas de la fuerza argentina: sólo 18 de ellas fueron reconocidas hasta el momento como veteranas de Malvinas.

Con el paso del tiempo, los combatientes de Malvinas lograron obtener algunos beneficios relacionados a la salud, educación y vivienda (ley 23.109). También, se hicieron diferentes proyectos para que tanto los documentos nacionales de identidad cómo las licencias de conducir, contengan una leyenda que los identifique.

DNI – Hugo Martínez, ex combatiente de Malvinas

Licencia de conducir – Hugo Martínez, ex combatiente de Malvinas

Pero si hablamos de salud mental, los mismos veteranos explican que no hay proyectos específicos de acompañamiento. A cuarenta y dos años del conflicto bélico, los suicidios continúan en alza.

No es fácil encontrar a un especialista en psicología y psiquiatría que se dedique a tratar este tipo de problemática. Coinciden varios de ellos en que la neurosis de guerra es una afección de salud mental que algunas personas pueden desarrollar tras vivir un evento traumático. Esto puede poner en peligro la vida de la persona y la de otros, incluyendo síntomas de evasión, hipervigilancia, reactividad, cognitivos, del estado de ánimo y la reviviscencia.

Los combatientes tenían entre 18 y 21 años cuándo fueron enviados a defender la patria. No tenían experiencia. Sólo cumplían con el Servicio Militar Obligatorio dispuesto por la última dictadura militar.

Fueron expuestos al frío (con vestimenta preparada para soportar temperaturas veraniegas), al hambre (con jarros de caldo que se repartían una vez al día) y a la desidia.

¿Cómo se logra seguir en pie luego de esto? ¿Cómo se entiende que el propio estado argentino los haya abandonado por décadas? ¿Cómo se explica que se les siga dando la espalda?

 

Según el medio chequeado.com, el Departamento Veteranos de Guerra de Malvinas del Ejército Argentino informó que existen 38 veteranos fallecidos por suicidio.

Pero estos números “oficiales” no se coinciden con el que comunican los combatientes de Malvinas, sus familiares y diversas asociaciones de veteranos. Se estima que ya superaron la barrera de los 1000 suicidios.

 

Así lo cuenta Jorge Altieri, ex combatiente de Malvinas:

Fue en 2011 cuándo el responsable de estar frente a la Defensoría del Pueblo de la Nación, órgano independiente defensor de los Derechos Humanos, Anselmo Sella, recalcó que “la cantidad de soldados que fallecieron post conflicto a causa de suicidios es de tal magnitud que puede compararse la guerra y la posguerra”.

El reclamo de los combatientes también apunta a la cobertura de salud que se les ha otorgado tardíamente con PAMI, por la cual se hacen los descuentos correspondientes en la pensión nacional.

Hay otros programas provinciales, por ejemplo, la obra social IOMA en provincia de Buenos Aires. Respecto a la Ciudad, desde 2006 (24 años después) cuenta con un programa de salud específico para veteranos de guerra y su grupo familiar que tiene funcionamiento dentro del Hospital Municipal de Oncología María Curie.

Otro de los reclamos es la rendición de honores. Muchos reclaman que el Estado debe hacerse cargo del sepelio, de la ceremonia y del lugar dónde tienen que estar ubicados: “Por Maradona se levantó la pandemia y se otorgó la Casa Rosada para el velatorio…¿y nosotros?” repiten varios de ellos. 

En una nota publicada en 2006 por Oliver Galak, periodista y actual director de Comunicación en la Embajada Británica en Buenos Aires, titulada “No cesan los suicidios de ex combatientes de Malvinas”, se pone de manifiesto el abandono estatal que recibieron apenas llegados del conflicto bélico haciendo alusión a “la maldita “desmalvinización”. Ricardo Pereira, ex soldado combatiente del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 e integrante de la Comisión de Homenaje Permanente del Grupo, manifiesta:

A cuarenta y dos años, la lucha de los veteranos de Malvinas sigue vigente con una diferencia: ellos ya dejaron de ser “los pibes” de Malvinas para ser adultos que llevan marcados en sus mentes y cuerpos las cicatrices de una guerra y las heridas de la indiferencia que han llevado adelante los gobiernos sin distinción de color político. Muchos se han sentido utilizados para beneficio de otros en campañas políticas.

¿Cuál es el reconocimiento más grande que desean tener siempre?

“El de la ciudadanía” repiten sin cesar. No quieren ser olvidados. Por ello, es hora como sociedad de exigir a todas las autoridades a que, además de recordar el 2 de abril, se aliente a honrar a los combatientes, desde La Quiaca hasta el fin del mundo, todos los días. También reconocer que hay necesidades urgentes que tienen y deben ser atendidas. No son un gasto. Son prioridad y es lo menos que se puede dar.

Por los que volvieron.

Por los que no volvieron.

Por los otros tantos que no soportaron el recuerdo de Malvinas.

Por los que están y sus familias.

Por Jorge Mártire y su familia.

Y por Hugo Martínez. Ex – combatiente. El padre de quién firma la nota.

Y si “la maldita desmalvinización” pretenden que los hijos de los ex combatientes olviden lo que pasó, mostraremos que eso es un error muy grande.

Para más información sobre centros y asociaciones de Veteranos de Guerra en el país, clic aquí.

PREVENCIÓN DEL SUICIDIO:

Si Usted, o algún familiar o allegado suyo, atraviesa una crisis, o piensa en el suicidio, no dude en llamar. No minimice los llamados de atención.

• Línea 135 o (011) 5275 1135, Centro de Asistencia al Suicida (CAS)

• Línea 136 Atención a Personas en Crisis

• Hospital Fernández, Cerviño 33566, Ciudad de Buenos Aires. Teléfono: 4802 2600

• Hospital Tobar García, Carrillo 135, Ciudad de Buenos Aires. Teléfono: 4305 6108

Docente del Taller de Producción Multimedia
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